Crónica de un Encuentro Podcastero
En esta época empezamos a mirar con perspectiva alguna de las cosas que sucedieron, uno de los hitos del año fue la serie de Encuentros Podcasteros, que por el contexto lo organizamos en forma virtual. Y este 2020 tan particular nos lleva a reflexionar sobre nuestra premisa: fortalecer la comunidad. Creemos que lo importante es reunirse, que el valor está en el intercambio, independientemente del entorno. La pandemia alteró el curso normal de las cosas, pero lo imprevisto siempre puede surgir. Si no, lean lo que pasó en el Café Podcastero de 2019 en el que Laura Ubaté tenía todo dado para hacer un encuentro “normal” y aún así sucedió algo inesperado que también modificó los planes.
Por Laura Ubaté, RR.PP. y embajadora de Podcaster@s.
Desde Bogotá, Colombia.
Si alguna vez organizan un encuentro de podcast y piensan “¿acaso algo podría salir mal?”, esta historia les iluminará el camino
Hace tiempo que quiero compartir la historia de uno de los últimos encuentros presenciales, porque es digna de ser narrada y, sobre todo, porque recuerda lo fundamental de establecer lazos entre l@s podcaster@s en especial en este contexto mundial donde la incertidumbre es parte de nuestro día a día.
Desde que hice el primer encuentro el 1 de diciembre de 2018, mi propósito fue juntar productoras y productores de podcast porque hasta ese momento nos conocíamos en redes sociales o “de lejos”, por decirlo de alguna manera, pero nunca nos habíamos sentado realmente a vernos las caras, a reírnos juntos, a compartir nuestros problemas. De Martina Castro, CEO de Adonde Media, había aprendido algo: no se podía hablar de una industria del podcast en español si no existía primero una comunidad como la de Podcaster@s para entender cómo se hace podcast y cómo se pueden ganar audiencias desde este formato.
Por eso llevé adelante junto a Sebastián Payán el Café Podcastero Volumen 1 en 2018 al que asistieron varias personas. En ese primer encuentro noté que había un interés creciente en el podcast como formato, pero aunque nos conocíamos, estábamos tan absortos en nuestras creaciones que no escuchábamos los podcasts de los demás. Así que para el encuentro del año siguiente propuse un espacio para escuchar un fragmento de audio de cada podcast seguido por una descripción “enganchadora” por parte de su creador/a.
Era septiembre de 2019 y la reunión estaba por empezar, faltando tan sólo cinco minutos para arrancar se fue la luz. Para entonces ya había 40 personas en la habitación de la cervecería Statua Rota, en Bogotá: rebosaba una habitación entera, tanto que la gente ya casi no encontraba dónde sentarse ahí dentro. En el transcurso de media hora el apagón ya se presentaba en todo el barrio… Éramos 70 personas y la gente seguía llegando.
No solo las personas estaban tomando cerveza a oscuras, había 15 audios por compartir y nada en qué amplificarlos ¡nos faltaba la más básica! Los meseros del bar informaron que el daño que produjo el apagón era grave y lo más probable es que la luz no volviera en un par de horas.
Busqué a tientas a mi colega Maru Lombardo y le dije: “Lo mejor que nos puede pasar es que se vayan todos para sus casas”. Sin embargo, no se iban, así que resistimos por una hora: ayudé a poner mesas, a meter tantas sillas como se pudiera y a seguir saludando a los nuevos asistentes. Mi pena se convirtió en angustia porque todes estaban ahí porque yo les había convocado.
Queríamos escuchar y conocer podcasts pero no había ningún medio para lograrlo.
Así que reuní a Maru Lombardo y Jane Ochoa y me despaché con excusas y preocupaciones hasta que una de las dos me dijo: “Oye, pero ellos cuadraron su propia luz en las mesas”. En tres de las mesas habían puesto sus vasos de cerveza sobre las linternas encendidas de sus teléfonos; habían ideado unas lámparas amarillas que le daban un aire romántico al lugar. Puse mi angustia aparte, porque estas personas estaban emocionadas con la anécdota, charlando a oscuras y, más que preocupación, en el ambiente se sentía que estaban pasando un buen rato. Lo más difícil había sido reunirlos y eso ya estaba pasando.
Pedí la palabra y que me iluminaran con las linternas en el centro de la habitación. Les agradecí por estar, pero igual compartí la situación técnica, la imposibilidad de escuchar podcast sin electricidad. Dije algo así como: “Tendríamos que poner el celular en un parlante con pilas o algo”. Y mientras seguía hablando, desde toda esa multitud de luces pequeñas, una voz me respondió: “Yo tengo uno”.
La voz era la de Rafael Sulbarán, creador del podcast Pluma Volátil. En ese momento era profesor en una universidad y por eso cargaba un parlante bluetooth tamaño boombox todos los días que daba clase. Ese día no fue la excepción. Hubo un momento de auténtica celebración colectiva.
Con linternas de los celulares, presentaron sus pitches integrantes de podcast como A Lo Bestia, Autos y carreras, Cinegoga, De parla y café, El monstruo naranja, El paradero del sabor, El Zaperoco, Estúpido Nerd, Gente que hace cine, La moto de Zed, Cuarentólogas, Lo que sé de, Me provoca un libro, Proyecto de vida, Quiénes son las víctimas, Sonido Libre, Tinto y charla y Todo rima con Akima, seguidos de aplausos y audios entrecortados desde el parlante que nos íbamos rotando entre las organizadoras sobre nuestras cabezas, en la mitad de la habitación, para que todos pudieran escuchar las propuestas. Había personas sentadas en las mesas, en el piso, apoyadas contra las paredes e incluso fuera de la habitación en la que estábamos. No voy a mentir: para mí fue un padecimiento constante, hasta el último pitch, de Catalina Alba, con el podcast Cocina, casos de la vida real. (Esa mujer tiene un ángel, porque terminó de hablar y la luz volvió a todo el barrio).
Aplaudimos todos los pitch y entregamos los bonos a tres ganadores: Catalina Alba (por supuesto), Cuarentólogas y A Lo Bestia. Alcanzamos a sacar un par de fotos y hasta entonces me reí de la hazaña, porque entonces sí que conocimos nuestras voces antes que nuestras caras.
A partir de estas experiencias, de estas situaciones tan difíciles y a la vez capaces de destrozar todo lo planeado, conocí el verdadero espíritu de una comunidad: no se trata de un grupo con el cual compartes un interés; una comunidad es la gente a la que estás dispuesto/a a ayudar, es en quien inviertes tu tiempo y tu atención para verse crecer mutuamente.
Una nueva reunión dentro del evento Podcastinación se hará pronto: sábado 14 de noviembre a las 7pm (hora Colombia) hay un Café Podcastero en edición virtual. (Inscribirme)
Laura Ubaté
Productora y host de podcast con experiencia en radio. Trabajó como periodista musical en Radiónica, emisora de la Radio Nacional de Colombia, creó las series de podcast El Lado B y La Sonora Bicicleta. Lideró la estrategia de podcast para la radio pública de Colombia y fundó el Café Podcastero, un encuentro local de productor@s de podcast. Participó en producciones como “El Chapo: El Jefe y su Juicio”, “Made in Medellín” y Viajeros del Pentagrama. Productora en Adonde Media. @Laura Ubate
Este artículo fue editado por Mariana Vaccaro.